Lo que motiva la búsqueda y posterior colección de objetos de Paula Colabianchi, es la historia que subyace detrás de cada botón y la misteriosa fuerza o necesidad de guardarlos, de atesorarlos a través de los años, aún sabiendo que jamás volverán a ser usados.
Todos los botones de la colección fueron “donados”, regalados por mujeres; confiados a la artista cual tesoros de años. Algunos, provistos de una gran carga sentimental; otros simplemente denotan ese gran impulso de preservación, o mejor dicho, de esa fuerza, superstición, apego… ese “no poder tirarlos”.
Estas mujeres han depositado en Paula también sus historias y/o propias motivaciones, que recorren indistintamente referencias reales de tiempos pasados, personas que ya no están, anhelos, sueños, días demasiados felices como para ser olvidados y días no tan luminosos.
Así, el botón, se convierte para ellas y para la artista, como lo único existente y real, lo que quedó, aquello que une e hilvana para siempre esos recuerdos vividos, esas múltiples “realidades” que devienen en el tiempo y que existen gracias a ellos, en este presente.
Es decir, estos objetos existen actualmente como fetiches, conmemoración y único hilo conductor de esos varios relatos, que quizás fueron reales, o tal vez, sean ahora, solo el mero reflejo de eso, que en algún tiempo, fue una ilusión.
jueves, 6 de mayo de 2010
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